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Terapia para la autoestima baja

La autoestima influye en nuestra sensación general de bienestar y puede afectar a nuestro éxito en todos los aspectos de la vida, incluidos el trabajo y las relaciones.

¿Qué es la autoestima?


La autoestima refleja lo que pensamos de nosotros mismos. Significa que nos «estimamos» y tenemos una buena opinión de nosotros mismos. La autoestima tiene un importante impacto prospectivo en nuestras experiencias vitales y no al revés. En otras palabras, una autoestima alta o baja no depende de nuestro éxito o fracaso.

La autoestima afecta a la forma en que pensamos, sentimos y nos comportamos. Influye en nuestras relaciones con los demás y en nuestra relación con nosotros mismos. Nos sentimos seguros de nuestra apariencia, nuestra inteligencia, nuestra personalidad y nuestras habilidades y no nos preocupa lo que los demás piensen de nosotros. Muestra el grado en que nos respetamos a nosotros mismos y creemos que merecemos el respeto de los demás.

Una autoestima sana es una evaluación realista y la aceptación de nuestros puntos fuertes y nuestras limitaciones. No significa que seamos engreídos, sino que nos respetamos y aceptamos a nosotros mismos, con todos los defectos. Tener una autoestima demasiado alta que no refleja la realidad no es saludable. Es inflada y común entre las personas con tendencias narcisistas. La jactancia y la arrogancia revelan una autoestima deteriorada en lugar de una sana.

La autoestima puede fluctuar. Cuando estamos enfermos o sufrimos una pérdida, como el desempleo o el divorcio, podemos sentirnos mal con nosotros mismos. Sin embargo, las personas con una autoestima sana son resistentes y rebotan para pensar positivamente en sí mismas y en su futuro. Por otro lado, una baja autoestima puede dificultar el afrontamiento de los retos de la vida y es un factor de riesgo de depresión.

La autoestima influye en casi todas las facetas de nuestra vida. Influye en el cuidado de uno mismo y en la forma en que permitimos que los demás nos traten y nos hablen. La autoestima afecta a la forma en que valoramos y comunicamos nuestras necesidades, pensamientos y sentimientos y sustenta la integridad personal y nuestra capacidad para perseguir objetivos. Determina nuestra sensación de bienestar, nuestra forma de ser padres, nuestro éxito en el trabajo y la satisfacción en las relaciones. De hecho, predice la longevidad del matrimonio.

Los orígenes de la autoestima


La autoestima sana se aprende. El refuerzo positivo durante los años de desarrollo es el marcador más fuerte para la autoestima positiva más adelante en la vida. Especialmente en los primeros años de formación, nuestros pensamientos y sentimientos, los modelos de conducta y la forma en que la gente reacciona ante nosotros influyen en nuestra autoestima. Aunque se ve afectada por las experiencias de la vida, incluso en la escuela, se determina en gran medida a través de las interacciones de la infancia con las personas más cercanas a nosotros, cuya opinión es más importante, como nuestros padres, hermanos, amigos y profesores. Las causas de la baja autoestima son muchas, como la negligencia, el abuso, el control o el juicio de los padres, el acoso de los compañeros o incluso las enfermedades mentales, como la ansiedad o la depresión. Puede tener su origen en una vergüenza subyacente si no nos sentimos amados y valorados incondicionalmente por un padre.

Signos y síntomas de la baja autoestima


Con una baja autoestima, no valoramos nuestras propias opiniones, necesidades e ideas tanto como las de otras personas. Somos autocríticos y nos centramos en nuestras debilidades y defectos percibidos, pero ignoramos o desestimamos nuestras fortalezas, habilidades y éxitos. Nos comparamos negativamente con otros que consideramos más atractivos, capaces o exitosos. Nos cuesta aceptar los comentarios negativos y podemos tener aversión al riesgo debido a nuestro miedo a fracasar.